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4º ESO se despide del Cole

Hoy os dejamos unas palabras de nuestras alumnas de 4º ESO que este curso se despiden del Cole y el vídeo que prepararon como despedida.

 

Discurso graduación

Después de toda una vida, es el comienzo de una nueva etapa llena de incertidumbres y momentos por descubrir. Sin embargo siempre vamos a llevar en nuestro corazón a esta segunda familia que ha hecho que nos vayamos descubriendo poco a poco hasta llegar a ser nosotras mismas. 

Han sido tantos años que es imposible resumir en unos minutos todos los momentos vividos a vuestro lado. 

Nos apetece empezar a contar nuestra historia cogiendo una caja de frutas y tirándonos por esa cuesta sin olvidar el bache final al que ningún babi sobrevivía; todas las columnas que nos comimos en el patio cubierto o las tardes más tranquilas viendo Kiriku en dinámica. Cómo no mencionar aquí la de veces que nos clavamos el punzón en los dedos o la cantidad de Fairy que bebimos haciendo una técnica para el calendario. Y por supuesto el “ayer domingo”, que raro era no inventárselo. Qué bien se nos daba hacernos las dormidas durante la hora de la siesta, porque seamos realistas, ¿quién la dormía?

Aún recordamos la ilusión que nos hacía pasar al cole grande, ¡qué mayores nos creíamos! pese a que nos quedaba un largo camino por Verdemar todavía. En primero y segundo nos volvimos fans de Star Wars y Lilo y Stitch. Ya con 7 años aprendimos a hacer la compra en el supermercado Verdemariano. 

Cuando crecimos un poco más nos convertimos en profesoras de nuestro hobby,¡qué bien se nos daba enseñar lo que nos gustaba! 

Cuando fuimos a Polientes, no había día que no nos despertaran con “Barbie Girl”. O nuestros inicios en el futbolín, que más tarde hemos aplicado a los patios de este año en el garito. 

Entre la discoteca de Polientes y “Baila con Mayer” nos volvimos bailarinas profesionales. 

Lo mejor de primaria, cómo no, fue el intercambio. Unas semanas inolvidables en las que hicimos muchas amistades y en las que conocimos nuevos lugares. 

Qué nervios teníamos en nuestro primer día de secundaria, pensábamos que no íbamos a tener tiempo para jugar y que todo iba a ser más aburrido, y aunque nos empezaron a meter algo de caña, creamos unos momentos únicos. Primero nos sorprendió con una pandemia que comenzó como unas vacaciones y lo acabamos buscando cualquier excusa para salir de casa. Y hablemos con honestidad, de aquí cuando hemos mencionado la cuarentena, ¿a quién no le ha venido a la cabeza la ficha de los Pokemons y la famosa clave dicotómica de Luisa? 

Aunque fueron unos meses intensos, llegamos a segundo en un suspiro. Y de éste año sí que podemos decir que fue un año raro, pero al fin y al cabo nos lo pasamos igual de bien. Sin darnos cuenta ya estábamos en tercero, donde mucha gente nueva se sumó a esta aventura.

Tras este largo recorrido por fin hemos llegado a nuestro mejor año en el Verdemar, 4º de la ESO, donde nos hemos dado cuenta de que no solo somos compañeras y compañeros sino que también somos una familia. Hay tantas cosas que decir de 4º que no sabemos por dónde empezar. Pero, cómo no, lo primero que hicimos nada más empezar el curso, fue visitar las Naves de Gamazo, ¡casi hemos estado más allí que en clase! 

Y llegó el día de la esperada gala de Navidad, algo que llevábamos esperando desde pequeñas. Un día inolvidable que no pudo acabar mejor que yendo todo 4º a cenar, y aunque la cena en sí, fue como una normal y corriente, después de esta, tuvimos varias experiencias graciosas, como cuando un señor de la calle decidió cantarnos un flamenquito. 

El siguiente evento más esperado fue carnaval, en el que nos disfrazamos de fenómenos atmosféricos con toda primaria e infantil, obviamente, nuestro disfraz fue el mejor. Pese a que la tristeza nos inundaba de vez en cuando, disfrutamos la Sardina Marina como si fuera la primera. 

Por desgracia, en febrero nos abandonó una persona muy especial, pues no sólo era nuestro profesor, también fue nuestro amigo, y el apoyo que necesitábamos en aquellos momentos de duda. Al principio, lo echábamos de menos por los pasillos, pero luego poco a poco fuimos comprendiendo que una persona no se va del todo mientras siga en nuestros recuerdos, por eso Katxi siempre nos acompañará.

El 14 de mayo teníamos ya todas y todos nuestras maletas hechas, para al día siguiente volar a Roma. A pesar de que más de una vez casi morimos atropelladas, la estancia allí fue simplemente maravillosa. Y aunque los 10 mil pasos diarios no nos los quitaba nadie, por la noche ya estábamos recuperadas del todo para liarla un poco, eso sí, siempre en nuestras habitaciones, ¿verdad Bruno? 

Después de tantos años, todavía no asimilamos que ya haya pasado nuestro último “día de la poesía”, se nos va a hacer raro el año que viene no escribir ninguna por esas fechas. 

Ahora sí que sí, nos situamos en el día de hoy, el día de nuestra graduación, nuestra última semana en Verdemar. Después de tantos años aquí, no nos podemos creer que esto ya se esté acabando. 

Sólo queda agradecer a todas las personas que nos han acompañado en nuestro viaje por Verdemar, pues esto no habría sido lo mismo sin vosotras ni vosotros. 

Nos sentimos orgullosas de haber podido contar con este profesorado, pues es que: “los ayer domingo” no habrían sido lo mismo sin Martina y Aiora; “el baile del cuadrado” no habría sido lo mismo sin Natasha y Camino; no nos hubiéramos sentido con el apoyo necesario para ser profes sin Elo y Bea; no hubiésemos aprendido a iniciar nuestro pequeño negocio de cooperativas sin Diego y Mónica; no sabríamos inglés tan bien sin Óscar; no nos sabríamos tan bien el subjuntivo sin Eva; no seríamos tan buenas cantantes sin la ayuda de Marta; no sabríamos hacer deporte con papel higiénico sin Fernando ni haríamos surf tan bien sin Bruno; no se nos darían tan bien los mecanismos sin Charlie; no hubiésemos tenido fichas del libro tan divertidas sin Ana; no hubiésemos disfrutado tanto del mundial sin Gustavo. Las clases de alemán y francés no hubieran sido lo mismo sin Tatjana y Jean Pierre; no hubiéramos aprendido a traducir tan bien sin Jorge; no tendríamos los mejores esquemas en inglés para estudiar sin Natalia; no sabríamos que no todo en la vida es Z sin Luisa ni hubiésemos tenido tantas charlas en TIC sin Tatiana; no hubiésemos comido tan rico sin el PAS, a pesar de que en más de una comida nos hemos quejado; no tendríamos a quién contarle nuestros dramas sin María TIC; las clases de religión no hubiesen sido las mismas sin el Osito Gominola que nos ponía el profesor más guapo y que mejor se conserva del Verdemar. No sabríamos vacilar tan bien sin Jonty, o también conocido como el mejor guía de Roma, pese a que casi acabamos en Venecia y no tendríamos tantas fotos en blanco y negro sin Ainara, ni nos hubiéramos marcado tantos triples en los test de actualidad, porque para que nos vamos a engañar , ¿quién de aquí se leía las noticias y no las copiaba o inventaba? 

Tras 13 años en este colegio, empezamos una nueva etapa que no podríamos comenzar sin el apoyo de todas estas personas y aunque esto parezca un adiós, no lo es porque Verdemar ya forma parte de nosotras, muchas gracias.

Sofía Díez Gutiérrez y Paula Martínez Ruiz 

Vídeo editado por Carla Castañón

 

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