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  ¡¡ Hasta luego, Aurora !! ¡¡ Hasta luego, Charo !!

  ¡¡ Hasta luego, Aurora !!

¡¡ Hasta luego, Charo !!

 

En la niñez, e incluso en la adolescencia, creemos que la duración de un año va más allá de los doce meses reglamentarios. Más tarde, al llegar a eso que llaman la edad adulta,este periodo de tiempo sentimos que mengua , a pesar de tener la misma extensión, y los doce meses parecen reducirse a la mitad por cómo vuelan.

Charo fue tan rápido en eso del tiempo que antes que el resto aterrizó en el “Siglo XXI”, y allí, en esa Cooperativa de padres y madres madrileña, ejerció esta bendita profesión hasta que la vida la trajo de vuelta a casa.

Aurora, por el contrario, ha sido en Verdemar donde ha dejado impronta e imprenta, cuentos y cantos, juegos y jergas … ¡¡ No me puede gustar más!! Y siempre en su babi sus manos impresas.

Parecía que no iba a llegar el momento… pero llega. Dentro de nada cumplís años, y con el cambio de unidad, la despedida. Nos diréis hasta luego y no dudéis de que se os echará en falta. Mucho.

Cuentan que los japoneses tienen la creencia de que los seres humanos predestinados a conocerse se encuentran unidos por un hilo rojo atado al dedo meñique. Este hilo es invisible y permanece atado a esas personas a pesar del tiempo, las circunstancias o los lugares donde se encuentren.

El hilo puede tensarse o enredarse pero nunca, nunca romperse.

Dicen que es un anciano, que vive en la luna, el encargado de buscar esas almas que están predestinadas a unirse en la tierra y cada noche sale a buscarlas.

 

Quizá sea cierto y ese anciano selenita nos dio cita en Corbán, bajo el abrigo de La Virgen del Mar. Quizá sea verdad y ese hilo existe, aunque a diferencia de nuestros camaradas nipones, el color del nuestro no sea rojo sino verde. Aplicad aquí el poder de creer.

Aurora-Charo. Charo-Aurora. Habéis pasado buena parte de vuestros abriles en esta factoría de palabras. Os toca cambiar de relevo.  Disfrutad de esta nueva etapa sin agobios de horarios, sin prisas. No aceleréis el paso y transitad tranquilas por la vida, pensando que el reloj es lo más parecido a una pieza de anticuario.

 

Muchos besos y un abrazo

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