Hoy a Verdemar viene el circo. ¡¡Qué nervios!! No es un circo cualquiera. Hasta el nombre es musical: Tiriti Traun.
Todo está listo. Los niños y niñas preparados con los ojos muy abiertos y las orejas tiesas. Pero…no llega nadie.
De repente, una figura grita y nos da una mala noticia. La caravana donde vienen los trabajadores del circo ha pinchado. Ella es Mari. Mari Morena. La limpiadora. La “marimorena”, que es la que se va a armar si nadie llega. La emoción nos embarga.
Mari dice que están cerca de Santoña, que quizá se demoren un poco porque comerán unas anchoas mientras arreglan el pinchazo. ¡¡Jamás las han comido!! Pero…”si todo lo que necesitan para el espectáculo circense está aquí,…¿por qué no empezar a hacer algo y entretener mientras llegan?”.
Ni corta ni perezosa la Mari, como así quiere que se la llame, coge el micrófono y nos pregunta nuestros nombres. Acto seguido, dice:
Ya que los trabajadores del circo no llegan…¿Por qué no nos convertirnos nosotros en malabaristas y acróbatas?
Comienza a hacer malabares al ritmo de una bonita canción y, al son de la música de circo, nos convierte en leones que saltan aros y en grandes acróbatas. ¡¡Una gozada!!
Mari, también nos hipnotiza para que sepamos mover los bastones como buenos malabaristas…¡¡ Y no se nos caen!! ¡¡Esto es magia!!.
Con mucho cuidado, la hechicería de la Mari nos convirtió en equilibristas que pasan por una fina cuerda a ¡¡100 metros de altura!! Algunos de nosotros nos caímos a la “colchiquineta” y no nos hicimos daño…¡¡¡¡Menos mal!!!!
En todo circo que se precie los contorsionistas no pueden faltar. Con ayuda de unos aros dimos buena muestra de nuestra elasticidad y flexibilidad: nos escurrimos por ellos, hicimos posturas imposibles e incluso los lanzamos alto y nos metimos en ellos al vuelo.
Por supuesto, nos encandilaron unas payasas muy especiales: ¡Nuestras profes! Con una nariz roja de payaso se transformaron y nos hicieron reír como nunca.
Para terminar, la limpiadora Mari Morena nos recordó algo muy importante:
“Para el circo y para la vida, lo más importante es tener un corazón ENORME”.
Inflamos unos globos y jugamos con ellos para que este aprendizaje no se nos olvide.